Descubierto en 1976, el virus de
ébola se transmite al ser humano por animales salvajes y su propagación se hace
a través del contacto con los fluidos corporales de la persona infectada.
No existe vacuna contra el ébola,
que llega a matar hasta el 90% de las personas que resultan contagiadas. Sin
embargo, a pesar de su alto poder letal, los expertos señalan que tiene una
capacidad limitada para propagarse.
“El ébola, como todos los virus,
puede ser contenido totalmente por medio de cuarentenas”, apunta Ben Neumann,
virólogo de la Universidad inglesa de Reading.
“Ese es el antiviral universal.
Aislarte en una habitación no te va a poner mejor y no hay un tratamiento en
contra del ébola, pero protege al resto del mundo”.
La Organización Mundial de la
Salud (OMS) hace hincapié justamente en las campañas de información sobre los
factores de riesgo y las medidas de protección como única forma de reducir el
número de infecciones y muertes.
En ese sentido, recomiendan que
el contacto del personal médico con los enfermos incluya máscaras, batas de
manga larga, guantes y botas, además del lavado rutinario y el cuidado extremo
en el uso de los instrumentos médicos.
Igualmente, la OMS resalta que los
cadáveres de las víctimas de la enfermedad son otro factor de transmisión e
insiste en que “la gente que murió de ébola debe ser enterrada rápidamente y de
forma segura”.
Por otra parte, recalca la
necesidad de “reducir el riesgo de transmisión de animales salvajes al ser
humano a consecuencia del contacto con murciélagos de la fruta o monos o simios
infectados y del consumo de su carne cruda”.
Con información de BBC